Salgo de casa.
Creo que tengo la suerte de tener cerca una pastelería… (solo lo creo)
y cuando siento que merezco disfrutar de un momento dulce,

o celebrar que he hecho lo que debía…

Pues allí que me planto.

¿Qué te pongo? Me dice la chica, siempre amable.

Un croissant… (como no podía ser de otra manera)

Y no es que mi gusto se haya quedado estancado.
Es que con el primer mordisco… me traslado.
La boca se llena de sensaciones

Y sin más…

Aparezco en París.
Paseos, luz, sensaciones, olores, miradas…

Ya estoy allí…

Y es que cuando siento que merezco premiarme… lo hago.

Porque crear sencillas recompensas al completar tareas pequeñas,

es una forma de darle positivismo a tu vida,

y de hacer que los cambios sean más inofensivos y significativos.

Mejorar significa cambiar cada día tu vida.

Así que…

Me merezco todo lo bueno que tiene la vida para mí.
Me merezco cada premio que me otorgo.
Me merezco ser mejor cada día. A mi ritmo.

Recuerda que premiarte a ti misma no es algo egoísta, sino que es una forma de cuidar tu bienestar emocional, mental y AMOR PROPIO. Así que, no dudes en dedicarte tiempo a ti misma y a lo que te haga feliz.

Si quieres darte un premio que haga que tu Amor Propio suba de nivel, hazte con el curso QUIERETEMUJER o con un PACK DE AMOR PROPIO…

En Amor y Con Amor

C’est tout

María José Padilla Morel